viernes, 10 de noviembre de 2017

Carta abierta a Vicent Marzà, conseller de educación

Muy señor mio

He decidido escribirle estas líneas con la esperanza de que pueda alcanzar a leerlas y, así, comprender la desesperación que muchas familias tenemos en Almassora.

Soy madre de 3 hijos. Mi hijo mayor Carlos,  ha empezado secundaria este año. Mi hija mediana, Sofía, está en el último curso de educación infantil y mi hijo pequeño, Mario, comenzará en septiembre su escolarización.

Mis hijos son un número más en su consellería. Seguramente, como tantos otros, han sufrido y sufren la mala gestión hecha durante años en educación y no saben lo que es un colegio de verdad. Carlos terminó y Sofía continua, en barracones.

Supongo que la palabra barracón le produce tanta rabia como a mi. Si le digo que el colegio en cuestión es el CEIP Regina Violant de Almassora, probablemente empiece a entender el motivo de esta carta.

Ya se que no hace falta que le diga que llevamos 12 cursos escolares en barracones. En una situación lamentable. También se que estará pensando que esto no es culpa suya porque ya se encontró con el "marrón".

El día que tan felizmente vino a Almassora a anunciar la licitación de las obras, imagino que vio el estado de las instalaciones provisionales. Desde entonces han pasado 2 años. Son los mismos barracones espantosos pero con muchas más deficiencias.

Estoy segura, que usted, que es persona de mantenerse informado, ha llegado a ver el vídeo que grabamos los padres cuando en mitad de una asamblea se nos puso a llover. En 15 minutos de lluvia, aquello se convirtió en un lugar inseguro. Ya no solo para los niños, también para los docentes que cada día se dejan la piel por educar a nuestros hijos.

Yo no quiero entrar en asuntos políticos, ni tampoco empezar a jugar a echarle la culpa a otro.  No señor, yo me dirijo a usted como madre.

El conflicto que tienen con la empresa constructora ni yo ni muchas familias llegamos a alcanzar a entenderlo. No comprendo como se llega a la situación de estar meses con unas obras paralizadas, con un obrero, que el pobre, menudo marrón le ha caído, y que las únicas respuestas que recibimos las familias sean que uno quiere más dinero y el otro no quiere dárselo.

Yo, y creo que hablo en nombre de muchas familias, vivimos preocupados. Una, por el estado de deterioro que tienen las instalaciones actuales. Dos, porque sufrimos cada vez que anuncian la llegada de una gota fría; y tres, porque no sabemos cuanto más tiempo vamos a tener que soportar esto.

Tan solo queremos respuestas, Señor Marzá. Queremos saber porqué nuestros hijos siguen en esta situación.Por que para que los más pequeños tengan un patio decente, nos tenemos que poner profesores y padres a construirles rincones educativos a la vez que lúdicos.  Queremos saber hasta cuando tendremos que estar pendientes de si va a llover o no. Una fecha, no pedimos más.

Le voy a proponer una cosa. Le invito a que venga y hable con nosotros. Que comparta un café o lo que quiera y se siente a dialogar con las familias. No nos comemos a nadie, de verdad. Somos gente pacífica y solamente necesitamos respuestas. Le tiendo la mano para que cuando su agenda se lo permita, escuche las preocupaciones que tenemos muchas familias. Comprenda que a día de hoy, nos sentimos abandonados.

Espero que estas líneas lleguen hasta usted y, de verdad, estaría encantada de que aceptara mi propuesta.

Un saludo. Marian Bermúdez.




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